lunes, 6 de septiembre de 2010

Te levantas un día por la mañana y tienes la sensación de que ese día va a ser diferente. Y en efecto, lo es.
Sales de tu casa y conoces a esa persona que va a ganarse tu corazón y va a hacer que todo en tu vida cambie. Poco a poco comienzas a sentir eso que todo el mundo siente alguna vez. Cosquilleos a escasos minutos de verle, sonrisas silenciosas mientras tu cabeza no deja de pensar en él y otra vez esa sensación de felicidad que vive en tu cuerpo porque sabes que le tienes. Esa contínua sensación de felicidad porque te has enamorado.

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